¿Sienten lo mismo los gemelos?

Se dice que una persona siente lo mismo que su gemelo, que si a uno le duele algo al otro también y que cuando uno de ellos se siente triste o desanimado su gemelo lo sabe a distancia.
Pero esta creencia es desmentida por la comunidad científica que, tras una investigación, afirma que "existen grandes diferencias entre personas y modificaciones químicas dentro de los nuevos genes implicados en la sensibilidad del dolor".

El estudio del King College de Londres afirma que la sensibilidad al dolor se altera por el entorno y el estilo de vida de una persona a lo largo de su existencia.
Para identificar los niveles de sensibilidad al dolor, los científicos probaron en 25 pares de gemelos idénticos una sonda de calor en el brazo. Los participantes debían presionar un botón cuando el calor se convertía en doloroso para ellos, lo que permitió a los investigadores determinar sus umbrales de sufrimiento. A partir de ahí y usando la secuenciación del ADN, los investigadores examinaron más de cinco millones de marcas epigenéticas en todo el genoma y los compararon con otros 50 individuos no relacionados para confirmar sus resultados.

Los resultados revelan grandes diferencias entre personas y muestran las modificaciones químicas dentro de los nueve genes implicados en la sensibilidad al dolor que eran diferentes en uno de los gemelos, pero no en su hermano idéntico.
Aunque la relación entre gemelos haya perdido romanticismo, lo cierto que es más cómodo no tener que sentir los mismos dolores que padece tu hermano.

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Influencia de los genes en la personalidad 
Todos sabemos que cada individuo tiene una personalidad diferente. La personalidad tiene una naturaleza muy compleja y enrevesada. Si que se ha establecido que puede tener implicaciones evolutivas importantes, pero la determinación de un método para probar las bases genéticas de la personalidad ha demostrado ser difícil de realizar.

La heredabilidad de la personalidad es difícil de calcular debido a que la repetibilidad y heredabilidad deben estimarse en el mismo conjunto de datos. La repetibilidad se refiere a qué probabilidad hay de que un cierto comportamiento sea repetido. Esto es muy difícil de determinar sin la variación genética conocida de cada organismo dentro de una población. Dochtermann, después de muchos estudios, llegó a la conclusión de que, más o menos, el 52% de la variación de la personalidad es a nivel genético aditivo; lo que significa que más de la mitad de la variación vista en la personalidad tiene una base genética. Sin embargo, cuando se evalúan individualmente diferentes aspectos de la personalidad, los resultados cuentan una historia ligeramente diferente. Según los datos, la variación en las conductas de agresión y anti-depresión tienen el componente genético más fuerte, mientras que las conductas de búsqueda de búsqueda de alimento y apareamiento muestran más variación, y por lo tanto, una correspondencia genética menor. Estos resultados están limitados por el tamaño de la muestra y se necesitan más investigaciones para investigar a fondo la influencia genétia sobre diferentes aspectos de la personalidad.
Dochtermann encontró que la heredabilidad de la conducta y la personalidad difiere significativamente (14% a 52%) Esto nos muestra que la heredabilidad completa de la personalidad es significativamente mayor que cualquier aspecto individual de la personalidad.

Actualmente hay algunos genes específicos candidatos a modular determinadas características de personalidad, por ejemplo, la agresividad. El gen más claramente asociado a un factor de personalidad, es el situado en el cromosoma 11.

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¿Qué pasa si tienen hijos dos familiares directos? 

La cultura popular nos ha transmitido que los hijos de las relaciones entre familiares nacen con grandes malformaciones o retraso mental. Esta idea ha sido potenciada por el hecho de que ciertas enfermedades como son la hemofilia o la porfiria, se heredaban entre los miembros de la realeza europea a causa del alto grado de endogamia. En la historia de España tenemos el ejemplo de uno de nuestros reyes que a causa de alto grado de consanguinidad nació con retraso mental y estéril Carlos II.

Existe un grupo de enfermedades genéticas que poseen un tipo de herencia denominado autosómico recesivo. En nuestro genoma tenemos dos copias de cada gen, una heredada de nuestro padre y otra de nuestra madre. Las enfermedades autosómicas recesivas para manifestarse precisan que las dos copias del gen estén mutadas.
Los padres comparten con sus hijos la mitad de sus genes por lo que si por azar existiera una mutación en un gen de los progenitores, la mitad de sus hijos portarían de forma asintomática la mutación y en ese caso el fruto de una relación indecente tendría un 25% de probabilidades de padecer la enfermedad.

Numerosos estudios han demostrado que en los hijos de parejas que son familia hay un aumento del número de niños que nacen con malformaciones y trastornos como retraso mental y pérdida auditiva; las posibilidades son altas sobretodo cuando en esa familia existe alguna condición heredada. El número de casos de malformaciones congénitas en hijos de personas que no son parientes.
Los trastornos más frecuentes son los llamados "errores congénitos" del metabolismo. Estas enfermedades se caracterizan por ser graves, algunas se manifiestan con retraso mental, y otras con discapacidades.

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